Segundo Domingo de Pascua, día en que celebramos la Divina Misericordia, nos recuerda que inmensa e infinita es la misericordia de Dios para todos los pecadores. “Cuanto más grande es el pecador, tanto más grande es el derecho que tiene a Mi misericordia», aparece en una de las líneas del Diario de Santa Faustina.
El ser humano es así, con una gran inclinación al mal, al pecado, a ofender a Dios, sin embargo su misericordia es eterna y nos alcanza a todos.
Este día se vivió una verdadera fiesta en la Ermita San Pedro, Residencial La Gloria, Mejicanos , con oración, predica, alabanzas, la infaltable Coronilla a la Divina Misericordia y un testimonio extraordinario de sanación.
El testimonio de la hermana Paty, un ejemplo claro, vivo e impresionante de la misericordia de Dios en un ser que deposito toda su confianza, fe y esperanza para que la sanara, y así fue, la sanación de la hermana fue un hecho que refleja que Dios está ahí para responder a nuestro clamor.
La hermana Paty operada por un tumor cerebral, contó la historia de su sanación, tuvo que esperar 7 días en coma, hasta reaccionar con limitantes físicas como su vista, su memoria y partes de su cuerpo esenciales para el movimiento. Pero El Señor le tenía esperada una sorpresa, su Santa Voluntad era regalarle su recuperación para que pudiera darle honra y gloria y que pudiera llegar este día tan especial a darnos su valioso testimonio. Ese sueño en el que Dios se le presento mostrándole como sus manos conducía las del cirujano, eran un aviso de lo que sucedería. Que la hermana Paty siga de la mano de Dios recuperándose para que se mantenga ese testimonio vivo de la inmensa Misericordia de Dios para con sus hijos.
Ahora, todos hemos experimentado la Misericordia de Dios, en diferentes grados, algunos en recuperación corporal, otros de forma espiritual, siendo liberados de una vida de pecado grave, en fin la Misericordia ha estado ahí presente y se ha dejado sentir.
Por eso, desde cualquiera que sea nuestra vocación, recordemos El final de La lectura de ayer que decía: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación» (Marcos 16, 15) Colaboremos con esta proclamación, contribuyamos para que el consuelo, el bienestar, la esperanza y la Misericordia, con un verdadero sentido existencial que solo Dios puede darnos, sigan en medio de nosotros, sobre todo para los más necesitados.
Jesús, yo confió en ti, reza en las imágenes de la Divina Misericordia y podemos complementarla, diciendo: «Jesús, yo confió en ti, porque infinita es tu Misericordia, Amen!»
Coronilla completa a la Divina Misericordia, acompañada por el Ministerio Misión del Espíritu Santo, que se vivió en la Ermita San Pedro, Residencial la Gloria, Mejicanos, San Salvador, El Salvador.
Canción que escogió la Hermana Paty como Himno, en agradecimiento por su sanación.
Escrito por colaboradores de Adoremosalsantisimo.org
