Gran fiesta de Cristo Rey

Ayer Domingo 20 de noviembre, fue día para tres grandes celebraciones, la gran fiesta de Cristo Rey del Universo, cierre del Año de la Misericordia y la Consagración de nuevos Ministros Extraordinarios de la Eucaristía en Parroquia San Sebastián Mártir de Ayutuxtepeque en El Salvador.

Con la fiesta de Cristo Rey, la Iglesia concluye el Año Litúrgico, para abrir las puertas al tiempo de Adviento, instituida por el Papa Pío XI en 1925, como respuesta al crecimiento de la secularización, el ateísmo y el comunismo.

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Imagen de Cristo Rey en Polonia

El Papa Emérito Benedicto XVI en su meditación durante el Angelus del 21 de Noviembre de 2010, decía: «El Evangelio de san Lucas presenta, como en un gran cuadro, la realeza de Jesús en el momento de la crucifixión. Los jefes del pueblo y los soldados se burlan del “primogénito de toda criatura” (Colosenses 1,15) y le ponen a prueba para ver si tiene el poder para salvarse de la muerte (cf. Lucas 23, 35-37). Sin embargo, “precisamente en la cruz, Jesús está a la altura de Dios, que es Amor. Allí se le puede ‘conocer’. […] Jesús nos da ‘vida’ porque nos da a Dios. Nos lo puede dar porque él mismo es uno con Dios” (Benedicto XVI, “Jesús de Nazaret”, según la edición italiana Milán 2007, 399 404). De hecho, mientras que el Señor parece pasar desapercibido entre dos malhechores, uno de ellos, consciente de sus pecados, se abre a la verdad, alcanza la fe e implora “al rey de los judíos”: “Jesús, acuérdate de mí cuando entres en tu reino” (Lucas 23,42). De quien “es antes de todas las cosas y en él todas subsisten” (Colosenses 1, 17) el llamado “buen ladrón” recibe inmediatamente el perdón y la alegría de entrar en el Reino de los Cielos. “Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso” (Lucas 23, 43). Con estas palabras, Jesús, desde el trono de la cruz, da la bienvenida a todos con la misericordia infinita»

 

Y ayer día quanodelamisericordia2e cerramos el Año de la Misericordia, el Papa Francisco en su homilía también nos habla de ese trono, cuando dice que «Su realeza es paradójica: su trono es la cruz; su corona es de espinas; no tiene cetro, pero le ponen una caña en la mano; no viste suntuosamente, pero es privado de la túnica; no tiene anillos deslumbrantes en los dedos, sino sus manos están traspasadas por los clavos; no posee un tesoro, pero es vendido por treinta monedas.
Verdaderamente el reino de Jesús no es de este mundo (cf. Jn 18,36); pero justamente es aquí —nos dice el Apóstol Pablo en la segunda lectura—, donde encontramos la redención y el perdón (cf. Col 1,13-14). Porque la grandeza de su reino no es el poder según el mundo, sino el amor de Dios, un amor capaz de alcanzar y restaurar todas las cosas.»

Si vemos a nuestro alrededor podemos darnos cuenta de cuanta familia mantiene su estabilidad o ha sido restaurada al entronizar a Cristo en sus corazones, hermanos que vuelven a Dios, luego de una vida cubierta de pecado, enfermos que encuentran consuelo, fortaleza y sanación, así como también alcohólicos y drogadictos que han sido rehabilitados, como lo vemos en el Centro de Rehabilitación La Esperanza de los Misioneros del Sagrado Corazón de Jesús (Cuscatancingo – El Salvador), ese Corazón que el centurión traspasó con su lanza de donde brotó sangre y agua, cumpliéndose la profecía de Zacarías 12:10: «…Llorarán por aquel que ha sido traspasado, como se siente la muerte de un hijo único..«, Sangre y Agua que brotan como fuente de redención y salvación para toda la humanidad.

Recordando que esta hermosa palabra «misericordia» tiene su origen en dos palabras del latín: miserere, que significa tener compasión, y cor, que significa corazón. El misericordioso es entonces aquel que tiene un corazón compasivo. La misericordia, junto con el gozo y la paz, son efectos del perdón; es decir, del amor, el cual vemos reflejado perfectamente en Dios.

Y junto a la fiesta del Rey del Universo, en la Parroquia San Sebastián Mártir el Párroco José Antonio Guerrero consagró a nuevos Ministros Extraordinarios de la Eucaristía para que sirvan en el Altar y lleven la comunión a los hermanos enfermos y necesitados del Santo Sacramento para fortalecerse, porque el Año de la Misericordia se cierra, pero la Misericordia sigue, como dice el Obispo de Córdoba (España), Mons. Demetrio Fernández, quien nos anima a no pasar de largo ante quienes sufren y compartir su dolor y ofrecerles nuestra esperanza para que alcancen la verdadera libertad”.

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Ministros consagrados por primera vez y Ministros que renuevan su servicio

El Sacerdote nos exhortó a los nuevos Ministros como parte del rito a procurar distinguirnos por una vida ejemplar Cristiana, testimonio vivo de Fe, cultivando virtudes y buenas costumbres, viviendo fervientemente este Ministerio.

«Si vivimos nuestra Forma de Vida, dejaremos a los demás un noble ejemplo (118)« De las Cartas de Santa Clara, texto que Dios nos regaló ayer sin haberlo buscado, del Libro Manos y Corazón de Dios, obsequio de nuestra hermana Clarisa contemplativa Sor Bertha, Angel de Dios que habita en el Monasterio de San Damián en Los Planes de Renderos, El Salvador.

Y es que el ejemplo es así, en mi caso particular mi Madre la que firmemente ha estado ahí primeramente con su ejemplo de fe, me llevó a conocer la Unión de Enfermos Misioneros (UEM), las hermanas Carmelitas de San José y los Padres Carmelitas Descalzos, así llegué a visitar hermanitos enfermos y entonces la idea de ser Ministro tomó más fuerza, hasta ser consagrado para este servicio por gracia de Jesús y María.

“Santa Teresa nos enseña a ser testigos incansables de Dios”, Papa Emérito Benedicto XVI.

Finalmente dancemos como David con alegría en la presencia de Cristo celebrando su fiesta como Rey del Universo! andando conforme a su Sagrado Corazón.


Vivamos la fiesta de Cristo Rey, hoy, mañana y siempre, y vibremos de gozo junto al Rey de reyes y Señor de señores.


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Bendiciones de Cristo Rey del Universo
y su Madre Santísima.
¡Viva Cristo Rey! ¡Que viva!

Démosle la bienvenida al Adviento
y preparémonos ahora para festejar
el nacimiento del Rey.

Porque lo Adoro y luego existo.

Fuentes: Aciprensa, Zenit

Fotos: Hnos. Constanza, Fernández y Polanco (Parroquia San Sebastián Mártir)

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