Corona Angélica – Arcángel San Miguel

http://www.dreamstime.com/-image9040081De acuerdo con una piadosa tradición el arcángel san Miguel declaró a una persona devota que le sería grato se pusieran en uso las siguientes oraciones en honor suyo. La propagación y difusión de esta devoción se debe a una religiosa carmelita del monasterio de Vetralla, diócesis de Viterbo (Italia), muerta con fama de santidad en 1751. El 8 de agosto de 1851 Pío IX concedió indulgencias a la práctica de este piadoso ejercicio.

Promesas del Santo Arcángel

En una aparición a la ilustre sierva de Dios, Antonia d´Astonaco en Portugal. pidió el Arcángel San Miguel que se compusieran en su honor nueve salutaciones, correspondientes a los nueve coros de los Ángeles, las cuales consistieran cada una en la recitación de un Padrenuestro y tres Avemarías.

Prometió el glorioso Arcángel que quien le honrase de esta manera antes de la Sagrada Comunión, sería acompañado a la Sagrada Mesa por un ángel de cada uno de los nueve coros. Y quienes rezasen todos los días estas nueve salutaciones, les prometió además su asistencia y la de los santos ángeles durante su vida y que después de la muerte los libraría del Purgatorio a ellos y a sus allegados.

corona-angelica2V. Oh Dios, ven en mi ayuda.
R. Apresúrate, Señor a socorrerme. Gloria al Padre…

SALUTACIÓN I

Un Padrenuestro y tres Avemarías al primer coro angélico.
Por intercesión del glorioso arcángel san Miguel y del celeste coro de Serafines, suplicamos al Señor nos haga dignos de una llama de perfecta caridad. Amén.

SALUTACIÓN II
Un Padrenuestro y tres Avemarías al segundo coro angélico.
Por intercesión del glorioso arcángel san Miguel y del coro celeste de Querubines, quiera el Señor concedernos la gracia de abandonar el camino del pecado, y de correr por el de la perfección cristiana. Amén.

SALUTACIÓN III
Un Padrenuestro y tres Avemarías al tercer coro angélico.
Por intercesión del glorioso arcángel san Miguel y del sagrado coro de los Tronos, infunda el Señor en nuestros corazones un espíritu de verdadera y sincera humildad. Amén.

SALUTACIÓN IV
Un Padrenuestro y tres Avemarías al cuarto coro angélico.
Por intercesión del glorioso arcángel san Miguel y del coro celeste de las Dominaciones, quiera el Señor concedernos la gracia de poder dominar nuestros sentidos y corregir las pasiones depravadas. Amén.

SALUTACIÓN V
Un Padrenuestro y tres Avemarías al quinto coro angélico.
Por intercesión del glorioso arcángel san Miguel y del celeste coro de las Potestades, dígnese el Señor librar nuestras almas de las asechanzas y tentaciones del demonio. Amén.

SALUTACIÓN VI
Un Padrenuestro y tres Avemarías al sexto coro angélico.
Por intercesión del glorioso arcángel san Miguel y del coro de las admirables Virtudes celestiales, no permita el Señor que caigamos en las tentaciones, sino que nos libre de todo mal. Amén.

SALUTACIÓN VII
Un Padrenuestro y tres Avemarías al séptimo coro angélico.
Por intercesión del glorioso arcángel san Miguel y del coro celeste de los Principados, dígnese Dios llenar nuestras almas del espíritu de verdadera y sincera obediencia. Amén.

SALUTACIÓN VIII
Un Padrenuestro y tres Avemarías al octavo coro angélico.
Por intercesión del glorioso arcángel san Miguel y del coro celeste de los Arcángeles, quiera el Señor concedernos el don de la perseverancia en la fe y en las obras buenas, para que podamos conseguir la gloria del paraíso. Amén.

SALUTACIÓN IX
Un Padrenuestro y tres Avemarías al noveno coro angélico.
Por intercesión del glorioso arcángel san Miguel y del coro celeste de todos los Ángeles, dígnese el Señor concedernos que nos guarden en la presente vida mortal, y después nos conduzcan a la gloria eterna de los cielos. Amén.

A continuación se rezan cuatro Padrenuestros:

  • el primero a San Miguel,
  • el segundo a san Gabriel,
  • el tercero a san Rafael, y
  • el cuarto a nuestro Ángel Custodio.

Se concluye este ejercicio con la siguiente antífona y oración final:

Antífona. Gloriosísimo príncipe san Miguel arcángel, cabeza y jefe de los ejércitos celestiales, depositario de las almas, vencedor de los espíritus rebeldes, doméstico en la real morada de Dios, nuestra guía admirable después de Jesucristo, y de excelencia y virtud sobrehumanas, dignaos librar de todo mal a todos los que acudimos a Vos con confianza, y haced por medio de vuestra protección incomparable que adelantemos cada día en servir fielmente a nuestro Dios.

V. Ruega por nosotros, oh gloriosísimo San Miguel arcángel, príncipe de la Iglesia de Jesucristo.
R. Para que seamos dignos de alcanzar sus promesas.

Oración. Omnipotente y sempiterno Dios, que con un prodigio de bondad y misericordia para la salvación de todos los hombres elegiste por príncipe de tu Iglesia al gloriosísimo san Miguel arcángel; te suplicamos no hagas dignos de que con su benéfica protección nos libre de todos nuestros enemigos, para que ninguno de ellos nos moleste en la hora de nuestra muerte, sino que seamos conducidos por él a la presencia de tu divina Majestad. Por los méritos de Nuestros Señor Jesucristo. Amén.

San Miguel y la Eucaristía

Se nos enseña en la Tradición que San Miguel preside el culto de adoración que se rinde al Altísimo y ofrece a Dios las oraciones de los fieles simbolizadas por el incienso que se eleva ante el altar. La liturgia nos presenta a San Miguel como el que lleva el incienso y esta de pie ante el altar como nuestro intercesor y el portador de las oraciones de la Iglesia ante el Trono de Dios. En el Canon #1 de la Misa: «que tu ángel presente ante Ti las oraciones de tu Iglesia»

Es muy interesante notar en las apariciones marianas que han incluido manifestaciones de San Miguel, que su relación con la Eucaristía, y a la adoración debida a Jesús Eucarístico y a la Santísima Trinidad:

Fátima: En 1916 se les aparece el ángel por primera vez. Se arrodilla en tierra inclina la frente hasta el suelo y pidió que oraran con el: «Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo. Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no Te aman».

Segunda aparición: «¡Rezad, rezad mucho. Los corazones de Jesús y María tienen sobre vosotros designios de misericordia. Ofreced constantemente oraciones y sacrificios al Altísimo!»

Tercera aparición: Se aparece con un cáliz en sus manos sobre el cual esta suspendida una Hostia, de la cual caían gotas de sangre al cáliz. Dejando el cáliz y la hostia suspensos en el aire, se postró en tierra y repitió tres veces: «Santísima Trinidad, Padre , Hijo y Espíritu Santo, te adoro profundamente y te ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los Sagrarios del mundo, en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con que El mismo es ofendido. Y por los méritos infinitos de su Sagrado Corazón y del Corazón Inmaculado de María te pido la conversión de los pobres pecadores».

Después se levantó y dio la Hostia a Lucia, y el contenido del Cáliz a Jacinta y Francisco, diciendo al mismo tiempo: «Tomad el Cuerpo y bebed la Sangre de Jesucristo, horriblemente ultrajado por los hombres ingratos. Reparad sus crímenes y consolad a vuestro Dios.

Fiesta de los Arcángeles San Miguel, San Rafael y San Gabriel: 29 de Septiembre.

7 cosas que tal vez no sabías de los Santos Arcángeles

Fuentes: Aciprensa y Corazones.

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